Sigo sin entender porque jugaste de esa manera con mis sentimientos, siempre estuve a tu lado cuando me necesitabas, era yo la que te defendía cuando nadie creía en vos. Pero al final resulto que todos tenían razón y vos solamente jugabas conmigo.
¿Se acuerdan de la habitación oscura? Le estoy escribiendo de aquí. Está todo muy oscuro, no puedo ver la luz, no sé como salir de aquí. Les juro que intenté de mil formas, pero ya me estoy quedando sin fuerzas.
Te escribí porque te extrañaba. Porque volviste y me hice la superada. Siento que todo este tiempo te reíste de mí. No es que me haga la inocente pero sigo cayendo en tus trampas. Y es que estoy ciega y débil. Y es que con vos me siento tan bien, tan lejos de todo. Pero a la vez me haces tan mal. No sé como soltarte, no sé como decirte adiós. No sé. Porque un día apareces y me haces mal. Al otro te busco y me hago mal. Siempre pierdo con vos. Sabes? No veo la hora de que todo esto se termine. Creo que me estoy volviendo loca.
Los filofóbicos no pueden enamorarse. Los que padecen esta fobia normalmente eligen relaciones imposibles donde nunca puedan enamorarse eligiendo bien, sea hombres o mujeres que terminarán dejándolos así evitan el enamoramiento. Huyen de alguien que se haya enamorado de ellos buscándoles defectos inexistentes.
domingo, 29 de julio de 2018
domingo, 22 de julio de 2018
Cuando el reloj marcaba la hora de olvidar.
Si mal no recuerdo, después de dos meses sin verte, te animaste a escribirme para "vernos". Y ahí estaba la tonta. Aceptando encerrarnos en un cuarto de hotel, una noche muy fría por cierto. Hablamos de mi vida, me preguntaste como me iba y, ¿que podía decirte yo?. Que era una tortura no saber nada de vos. Que te extrañaba un poquito todos los días. Que siempre que pasaba por tu barrio esperaba cruzarte y que me sonrieras. Esa sonrisa tuya, picara y sin culpa alguna.
Volví a mirarte a los ojos, volví a acariciar tu piel, volví a verte dormir mientras te acariciaba la piel. Me memorice un par de tus lunares. Tu mirada. La forma en que te expresas, y los guarde en un rinconcito de mí. Por que vaya a saber cuando te volveré a ver.
Volví a mirarte a los ojos, volví a acariciar tu piel, volví a verte dormir mientras te acariciaba la piel. Me memorice un par de tus lunares. Tu mirada. La forma en que te expresas, y los guarde en un rinconcito de mí. Por que vaya a saber cuando te volveré a ver.
domingo, 15 de julio de 2018
Save me from this life, please don't question why.
No podía dormir. La cabeza no paraba de torturarme.
Anoche fui a una fiesta, me emborraché. ¿Qué me hace creer que el alcohol va a llenar ese enorme vacío que dejaste?, ¿qué me hace creer que el alcohol me va a hacer olvidar(te)? No sé. Besé a un chico esa noche. Me negué a tener sexo con él, y me dejó sola, en un cuarto oscuro. Sola, ahí estaba yo de nuevo. Borracha y sola. Comencé a vomitar. Claro, mi cuerpo no resistió tanto alcohol, no resistió tanto vacío, no resistió tanta herida. No. Tan simple como un no. El no que no entendiste. Seguiste insistiendo hasta que te fuiste. Y ahí estaba yo de nuevo, sola. En esa habitación grande y oscura. Borracha y vomitando, sola. Pero... ¿qué ibas a entender vos de mi soledad? Si cuando me clavaste tu primer puñal sonreías. Y yo, te perdoné, pensando que ibas a cambiar. Y volviste. Volviste a clavar otro puñal. Y otro. Y así, y ahí estaba yo, perdonándote. ¿Por qué? Porque estaba sola. Y me aferraba a algo que era un circulo vicioso. Sin vos estaba sola. Con vos estaba sola. Siempre sola. En esa habitación grande y oscura. A veces borracha, a veces sobria. Pero siempre sola.
Anoche fui a una fiesta, me emborraché. ¿Qué me hace creer que el alcohol va a llenar ese enorme vacío que dejaste?, ¿qué me hace creer que el alcohol me va a hacer olvidar(te)? No sé. Besé a un chico esa noche. Me negué a tener sexo con él, y me dejó sola, en un cuarto oscuro. Sola, ahí estaba yo de nuevo. Borracha y sola. Comencé a vomitar. Claro, mi cuerpo no resistió tanto alcohol, no resistió tanto vacío, no resistió tanta herida. No. Tan simple como un no. El no que no entendiste. Seguiste insistiendo hasta que te fuiste. Y ahí estaba yo de nuevo, sola. En esa habitación grande y oscura. Borracha y vomitando, sola. Pero... ¿qué ibas a entender vos de mi soledad? Si cuando me clavaste tu primer puñal sonreías. Y yo, te perdoné, pensando que ibas a cambiar. Y volviste. Volviste a clavar otro puñal. Y otro. Y así, y ahí estaba yo, perdonándote. ¿Por qué? Porque estaba sola. Y me aferraba a algo que era un circulo vicioso. Sin vos estaba sola. Con vos estaba sola. Siempre sola. En esa habitación grande y oscura. A veces borracha, a veces sobria. Pero siempre sola.
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